martes, 11 de abril de 2017

El ciego Bartimeo, Jesús y nosotros los cristianos. (San Marcos 10,46-52)


El ciego Bartimeo, Jesús y nosotros los cristianos.




Mar 10:46  Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando.
Mar 10:47  Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: !!Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!
Mar 10:48  Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: !!Hijo de David, ten misericordia de mí!
Mar 10:49  Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama.
Mar 10:50  El entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús.
Mar 10:51  Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista.
Mar 10:52  Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.  


En el tiempo actual, donde la increencia se ha apoderado de la sociedad, por sobre todo las personas jóvenes ya no tienen el apego a la fe como las generaciones anteriores, hablando de los creyentes, con conocimiento y cristianos de familia.

Se hace complicado servir a Dios y necesitarle en una sociedad donde el capitalismo es un mal importante, que afecta todos los días, entonces ¿qué mensaje nos dará Jesús en este pasaje, aplicándolo al tiempo actual?

Si la naturaleza del hombre es caída, es pecadora, el hombre que no está en Cristo, que no ha aceptado a Cristo y su mensaje, está sin duda fuera del camino como Bartimeo.

Muchas veces los cristianos echamos fuera a otros hermanos por lo fariseico de las predicaciones, haciendo que los hermanos vivan angustiados.


Como a este ciego Bartimeo, nosotros los cristianos nacidos de nuevo, sabemos que es un símil nuestro, que en tiempos antes de recibir al Señor Jesús en nuestras vidas y de hacer un compromiso real con Él, éramos como este hombre quien no tenía forma de salir de su condición, sin embargo Dios quiso tomar nuestras vidas y bendecirnos con su Gracia inmerecida, es por esto que debemos continuar santificándonos y como comentaba anteriormente, esto adquiere real significado en estos tiempos, donde existen muchos cristianos que están cediendo ante los movimientos que existen en la sociedad, y que están transando sus valores bíblicos, y esto no puede ser.

Algunas de las preguntas que debemos formularnos y responder en base a nuestro conocimiento de este pasaje y de la Biblia son ¿para qué está el hombre en la vida?, ¿cuál es el propósito del hombre en relación a Dios?, ¿Qué debe hacer el hombre ante una vida adversa?

La búsqueda de la verdad se encuentra solo en Jesús, esa verdad que ilumina y quita la ceguera de la vida de las personas.  Aquí se  muestra la imagen de maestro y discípulo y la relación entre ambos, como el maestro actúa de dador de las condiciones para que el discípulo alcance la verdad.
Este Maestro por excelencia es Dios y no hay más que eso, esto lo comprende Bartimeo, por lo que se incorpora y sigue a Jesús en el camino.

Esto es un ejemplo de lo que hizo Dios al tomar la naturaleza humana y mostrar al hombre su verdad para levantarlo, y esa unión con él por amor, es importante porque en la historia esto produce un momento en que se cruza la eternidad y lo temporal.
Dios ama al hombre, Dios lo ama tanto que su Hijo apareció en la historia para acercarse al ser humano y elevarlo de su vida de penar. 

Entonces ¿para qué está el hombre en esta vida?. Podemos rescatar  que Cristo es el maestro y quiere enseñar y guiar al cristiano y rescatamos, primeramente que el cristiano está para seguir a Jesús.
El cristiano rescatado debe  saber que en sí, su existencia es importante, y no es importante solo para sí o para las personas, familia, o gente que tiene a su alrededor, sino que es tan y más importante solo por ser, solo porque Dios le dio el Ser, Dios lo controla todo y en esa bondad y voluntad ha hecho posible la vida de cada uno.
Y en el caso extremo en que sienta que ya no tenga a nadie que le importe su vida y su existir; debe sentirse bien y amado por alguien mucho más grande, el cual es Dios mismo.  Es decir, el hombre nunca debe sentir que no es importante para nadie, porque es importante para el más importante, que es el mismo Dios!.

Entonces podemos responder ¿Para qué está el hombre en la vida?, ¿cuál es el propósito del hombre en relación a Dios?, ¿Qué debe hacer el hombre ante una vida adversa?
La Palabra indica “venid a mí todos los que estáis atribulados y cargados, que yo os aliviaré” (San Mateo 11,28), Cristo irrumpe en la historia, pero no es una historia más, o un hecho más, es “!el hecho!” que marca la historia del hombre, una entrega fuera de todo lo natural, cuando se ofrece como nadie puede ofrecerse, todo lo bueno que puedan hacer las personas es limitado, pero lo que ofrece Cristo es perfecto, ilimitado y eterno.

El hombre debe encontrar el sentido a su vida en torno a la imagen de Dios, en torno a Jesús que es quien le guía (es el Maestro), quién le ilumina, le enseña la verdad.

Ante la vida adversa, en la tierra frente a las odiosidades de los otros, frente a lo vano, alrededor de lo cual mucha gente deambula sin contenido y que aflige y no tiene consuelo, sin embargo tengamos alivio en que Dios bajó a la condición del hombre necesitado, no solamente para ofrecer algo a un desdichado porque eso lo pueden hacer todos, pero el hecho importante es que deja su posición de privilegio para hacerse de igual condición de quién quiere ayudar, y esto sin duda solo lo puede hacer este Dios amante.

Debemos aprender a aceptar y buscar los designios divinos en la vida, como Bartimeo, es importante durante la vida del cristiano que cumpla con lo que Dios quiere para él, no obstante esto no sea lo que se estile, aunque no sea lo que uno mismo crea como lo mejor para nuestra propia existencia.

El cristiano ante una vida adversa, donde no faltan los problemas, al contrario sobran, expresa que solo Cristo tiene la empatía suficiente porque Él vivió como los atribulados y cargados, los pobres y los dejados de lado de la sociedad, Él sí se puso en la posición del otro para ayudar cuando se humilló a sí mismo y bajo a encarnarse, ese es el que predicó y ahora está en majestad a la diestra de Dios. Y no echa en cara los pecados porque es amigo del pecador.

El verdadero cristiano es el que está dispuesto a renunciar a todo, elegir el peligro y las molestias, y aunque es imposible vivir sin tentación, lucha contra ella, esta es una característica del cristiano verdadero, esta es la diferencia con los paganos, y justamente es esta lucha la que no está presente en ellos.

En ocasiones que el cristiano cae en el pecado, no necesita de maestros cuyo discurso incluya reproche, o de una mirada que lo juzgue, requiere de un consuelo. Y el consuelo está ahí, siempre está disponible, siempre está predicando, como en este pasaje de la Escritura, el consuelo se llama Jesús el Maestro.

Siempre se debe estar contento con quien es, no pensar en ser lo que no se es, debemos dejar la preocupación de mirar lo accesorio, debemos mirar lo realmente importante el cristiano debe contentarse solamente con la Gracia de ser hijo de Dios y la misericordia de la salvación por sobretodo.
El hombre debe buscar el reino de Dios, la escritura dice “busca primero el reino de Dios” y es lo que hizo Bartimeo, se acercó a Jesús, le imploró y gritó hasta que Él le hizo misericordia, es así en nuestra vida, no por ser salvos debemos alejarnos del maestro, y ya que nosotros no somos contemporáneos como Bartimeo, debemos buscarlo en la Escritura y en la oración constante.
No hay tiempo para esperar, !es urgente!. El reino es justicia, la cual es una cualidad extraordinaria de Dios, que algún día llamará y exigirá cuentas.

Y entonces ¿cuál es el propósito del hombre en relación a Dios?, podemos decir que el hombre está hecho para adorar a Dios, la adoración es aquello en lo que el hombre se asemeja a Dios, y si al hombre le es posible adorara a Dios, realmente es glorioso ser hombre.(Kierkegaard)

Y no olvidar que el cristiano es rico, puesto que cada día el cristiano tiene una nueva oportunidad de dar gracias, él existe para Dios y Dios existe para él.

Ante esta sociedad que niega de Dios, a la cual no le interesa Dios, para la cual Dios no es relevante. El cristiano debe permanecer más firme aún, y haciendo como Bartimeo, arrojar su capa y seguir al Maestro Amado,  

¿y porqué?, porque debes saber que  Dios existe para ti y Tu existes para Dios y te ama.

Dios te Bendiga


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