El Dios Trascendente del Antiguo Testamento
El Dios que Israel ha experimentado en la revelación es absolutamente misterioso, oculto y desconocido
No se puede ver ni conocer a Dios directamente porque él supera los ámbitos a nuestro alcance
Moisés al preguntar por el nombre de Dios para presentarlo a sus hermanos esclavos en Egipto, recibe una respuesta directa: “Yo soy el que soy” (Ex 3,14ss)
De aquí proviene el nombre Yahvé, aquel que según la tradición sólo fue revelado a Moisés. Aquí abunda el uso de la primera persona.
Se podría traducir como Yo soy lo que yo soy, o Yo soy el que es, o Yo soy el existente, resaltando así su carácter absolutamente trascendente, y por tanto misterioso para todo hombre.
Dios no es precedido por nuestras definiciones previas, de modo que sean éstas las que determinan a Dios.
El israelita sabe que no puede elaborar un concepto de Dios, si éste no se le revela primero, como él quiera.
Así, Dios no tiene nombre como los dioses de los paganos, donde los hombres les ponen nombres.
Los mandamientos del Decálogo también resaltan el hecho de que Dios no puede ser visto debido a su trascendencia.
A Dios no se le puede representar por medio de imágenes concretas.
Génesis afirma que a Dios no se le puede ver sin que ello no le reporte una fatalidad mortal al hombre.
Providencialmente Jacobo se admira de haber escapado a ese destino: He visto a Dios cara a cara, y tengo la vida salva (Gn 32,30).
Incluso el propio Moisés, cuando desea contemplar el rostro de Yahvé, su gloria divina, lo único que recibe por respuesta es una solución antropomórfica: lo que verá Moisés serán las espaldas de Yahvé, y escuchará el nombre de Yahvé. (Ex 33,18-23).
1. Carácter personal de Dios
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En el antiguo testamento no existe una concepción impersonal de Dios, como si se tratara de un ente abstracto o poco definible.
Se comunica con sus criaturas: Habla a Adán (Gn 1,28-30; 2,16s.; 3,8-22), a Abram: (Gn 12,1), a Moisés (Ex 3,4ss.), y los profetas (1 Sm 3,4; Is 6,9).
Hace suyos los sentimientos humanos: Dios se alegra (Jr 32,41), enoja (Ex 4,14; Is 47,6).
También ama, o cela a Israel, como puede que también se arrepienta o moleste por las culpas de su pueblo.
2. Carácter espiritual de Dios
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Contrario a toda expresión antropomórfica, zoomórfica, o a algún antropopatismo, Dios es presentado como el extraordinariamente diferente a la materia.
Pero no nos sería posible comprender a Dios si no existieran signos de mediación que lo hicieran más cercano y entendible a su pueblo.
Mediación antropomórfica: Dios posee manos, ojos, boca, oídos, rostro, espaldas, brazos (1Sm 5,11; Sal 8, 3; Is 52,10; 2Re 19,16; Nm 11,1; Gn 3,8; 32,31).
Estas expresiones no intentan ponerse por encima de la espiritualidad de Dios; pero lo que sí hacen es lograr dar sentido a la relación existente entre Dios y su pueblo.
El Dios trascendente se ha hecho inmanente, sin que por ello se le reste su irrenunciable atribución espiritual.
Gn 12, 1; Dt 24, 12 “Y habló Yahvé con vosotros de en medio del fuego; oísteis la voz de sus palabras, mas a excepción de oír la voz, ninguna figura visteis”.
Se puede ver su gloria (Ex 16,7; Lv 9,6; 1Re 8,11), o tener visiones y sueños (Nm 12,6; Gn 20,3; Is 6,1; Am 7,1-10).
Los profetas tienen un cuidado especial por no describir nada del carácter personal de Yahvé.
Am 9,1 dice que vio al Señor que estaba sobre el altar; Is 6,1-13 describe cómo el vidente vio al Señor sentado en su trono alto y sublime; Ez 1,1-2,10 muestra una visión apocalíptica de Dios.
De ellos hace una descripción de la persona de Dios.
Para el hebreo aquello no reviste algo importante en sí.
Lo que sí aspira es a ver reflejado ese ser, ese espíritu, en la acción providencial a través de la vida.
3. Carácter único de Dios
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La principal confesión de la fe monoteísta es que Dios es único.
El AT cuenta la existencia temprana de diversas divinidades; nunca escondió ese hecho de convivencia con muchos dioses (Gn 35,1-4ss; Jos 24,2.14).
Pero la idea de la unicidad de Yahvé se advierte desde el momento en que éste se muestra superior a los otros dioses. Exige la exclusividad y se manifiesta celoso, al no tolerar a otros dioses junto a él (Ex 20,3s; 34,14; Dt 5,7).
Is 44,6-20, demuestra tal afirmación cuando escribe lo siguiente: “Así dice Yahvé el rey de Israel, y su redentor, Yahvé Sebaot: Yo soy el primero y el último, fuera de mí, no hay ningún dios…Vosotros sois testigos; ¿hay otro dios fuera de mí? ¡No hay otra Roca, yo no la conozco!”.
Lo mismo afirma Deuteronomio 6,4
LOS ATRIBUTOS DE DIOS
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Dios es esencialmente espíritu; en ese sentido su esencia es inaccesible.
Entonces, los atributos nos permiten conocer algo del ser de Dios, aunque no de manera completa.
Los atributos sólo describen lo que Dios ha querido revelar de sí mismo.
Los atributos nos manifiestan las perfecciones de Dios visiblemente ejercitadas por él.
Están relacionados con las actividades de Dios en sus obras de creación, providencia y redención.
En estos campos logramos advertir las perfecciones de Dios, pero siempre desde nuestras limitaciones.
CLASIFICACIÓN DE LOS ATRIBUTOS DIVINOS
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1. Atributos absolutos. También llamados “no relacionados” porque resaltan lo que Dios es en sí mismo; en su esencia.
2. Atributos activos o naturales. Describen lo que Dios es en relación con el universo.
3. Atributos morales. Lo que Dios es en relación con los seres morales.
Estos son unos pequeños apuntes de Clases acerca de estudios de Dios, en teología Sistemática.
Espero tener tiempo para profundizar cada uno de los puntos tratados en la Doctrina de Dios, del Espíritu Santo, del Hijo de Dios y de la Trinidad.
Muchas gracias por leer esta información y espero que sea de gran utilidad. cualquier consulta favor realizarla con confianza.
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