Ponencia de Teología Práctica en el Contexto de América Latina
La
obra a analizar anunciada es Teología
Práctica en el Contexto de América Latina de Chistoph Schneider-Harpprecht
y Roberto E. Zwetsch (Orgs.). Esta obra nos entrega un análisis desde el punto
de vista teológico latinoamericano de los hechos contemporáneos y la iglesia en
este tiempo, el capítulo a revisar en este presente documento comprende los
aspectos de las Prácticas Pastorales en la Teología Práctica en el contexto
latinoamericano, conceptos como la Modernidad y Post-modernidad aparecen
discutidos. La importancia de la praxis es latente en el pensamiento expresado
en esta obra así como entender que los modelos tal cual como los encontramos en
los libros difícilmente podrían ser aplicados en la realidad, el autor termina
el capítulo con una reflexión importante acerca de pastorear la iglesia en lo
que se refiere a la esperanza y lo que denomina Pastorear la Esperanza.
En
este mundo tan complicado de acontecimientos diversos y la diversidad de
prácticas religiosas y pastorales, se discute en torno a modelos a seguir, el
poeta dice “el camino se hace al andar” sin embargo no se puede prescindir de
instrumentación que orienten dicho caminar y el texto pretende ser una
colaboración en la búsqueda de estos instrumentos. Como el ser moderno está
inmerso en un mundo complejo se hace también complejo abordarlo desde la
perspectiva teológica pastoral, la modernidad y la postmodernidad surgen de
este cambio de paradigmas y claramente no se puede abordar el tema desde los
enfoques conocidos sociológicos y económicos para comprender la realidad, por
lo anterior aparece una oportunidad de ampliar el campo de conversación entre
las ciencias humanas y la religión.
Frente
a esta situación en que la modernidad entra en una fase más compleja, varios
autores otorgan nomenclaturas diferentes, es así como S.P. Rouanet propone
utilizar el término “neo-moderno”, Enrique Dussel porpone el concepto de
“tras-modernidad” en este avance de mentalidad más liberador y racional. Luis
Brito García indica el término de “contra-moderno”. Todos estos son esfuerzos
por comprender el mundo actual.
El
autor expone los conceptos de Éxodo y
Cautiverio llevándolos al presente actual e indica que en la realidad no
basta con basarse en los índices de la pobreza, existe una articulación entre
muchos factores económicos, tecnológicos, político, culturales, es decir no comprende
un contenido uniforme, debido a estos cambios aparece la exclusión, menciona el
término cautiverio relacionado a los 500 años de la historia del continente, un
tiempo más largo que el cautiverio babilónico, donde los opresores despreciaban
nuestros dioses, nuestros ritos, nuestras costumbres, en donde nuestras mujeres
son tratadas como objetos, golpeados, marginados, fuimos verdaderos
inmigrantes, sin embargo no lograron vencer. El punto de este cautiverio es
donde se llora, se vive la nostalgia, la ausencia, la violencia en otras
palabras se sobrevive y se lucha.
En
cuanto al éxodo lo expresa en la voluntad de caminar a un futuro mejor esto
aparece de manera de un fanatismo mesiánico, en donde no importa el tiempo en
que se vague sin rumbo.
Modernidad
sufrida y soñada; expresa que la modernidad en si con sus avances soñados de
los cuales se beneficiaron algunos pero también para gran parte de las personas
disfrutar de esto estuvo fuera del alcance de sus manos, como lo indica Alberto
Moreira de nacer de ideas de libertad, igualdad y fraternidad en fin de cuentas
produce sectores marginados y excluidos.
Lo
moderno como transitorio; en la ambigüedad de la modernidad la pastoral es
dividida por Joao Batista en: a) pastoral tradicional basada en el poder de la
iglesia, en el miedo, que pretende salvar al hombre de un mundo perverso y
peligroso. B) pastoral-fermento, pastoral penetración, pastoral testimonio, sin
embargo existen sucesos como los golpes de militares de 1960 que generan un
conflicto. Por otra parte Paulo Freire identifica tres tipo de sociedad; la
sociedad cerrada que actúa de manera tradicional donde la iglesia pasa a ser el
refugio de las masas; sociedad donde las masas emergen modernizando la iglesia
y sociedad en transformación revolucionaria, profética, utópica y
esperanzadora. Todo apunta a una iglesia modernizadora, de la pastoral a la
profética anhelada.
El
control de la modernidad; existe según Peter Berger en América latina un cambio
que sería la postmodernidad, un cambio revolucionario que va más allá de la
modernidad, esta idea es compartida con Paulo Freire e Ivan Tillich, la
tecnología jugaría un papel importantemente prometedor en esto. Explican además
que los cuerpos humanos presentan los símbolos de la modernidad, también las
estructuras de conciencia están superpuestas a la mente humana, es decir, los
cambios de mentalidad y paradigmas están en la mente de los actores, por eso se
estudia por la sociología del conocimiento este “utopismo de pedantería”,
entonces a los cristianos viene el desafío de combinar ese utopismo con el
utopísmo visionario del Reino de Dios que se instala en nuestro medio.
Lo
moderno como posibilidad; no se trata de incluirse o no en la modernidad por
esto Pedro Demo indica que no está en cuestión si nos modernizamos o no, sino
que si nuestra participación es como objetos o sujetos. No debe interesar el
triunfo de la modernidad según Alberto Moreira, sino pastorear y ver la
evolución desde las clases populares. Se habla de la superación de la modernidad
y ante esto Paulo Freire indica que debemos ser progresistas, es decir enseñar
a aprender, por esto la pastoral popular está en tensión.
En
este camino la teología pastoral según Leonardo Boff debe asumir la
secularización como parte del camino a recorrer, lo mismo que hace la teología
de la liberación cuando ve el Reino presente en la lucha de los pobres sean
cristianos o no cristianos, lo mismo pasaría con la democracia y todo lo que
afecta a la ciudadanía.
Modernidad
y fe; el autor expone la propiedad de variación de la fe dependiendo del
momento histórico en el que se vive y se apoya en el pensamiento de James
Fowler quien clasifica la fe de la modernidad en un tipo “fe
individuativo-reflexiva” que es una etapa desmitologizadora, este autor mencionado
categoriza la fe en seis tipos. La identificación de tipos de fe expresa, tiene
que ver entre la relación de la vida con lo trascendente y no tendría que ver
directamente con un crecimiento espiritual, también expresa Fowler existe una
comunidad ideal “ecología de la fe” donde hay respeto por distintos tipos de fe
y tomado de Lutero como descentralizar en dirección a la cruz de Cristo. Para
la formación teológica implicaría entender el conocimiento académico en una
perspectiva más amplia y variada de estilos de espiritualidad y fe.
Existen
nuevas posibilidades para la pastoral en los desarrollos de la modernidad y
los presenta en los siguientes cinco
puntos:
1) Del antropocentrismo machista de la
modernidad, donde el ser humano es visto como la corona de la creación, a el biocentrismo de lo postmoderno, donde el ser humano se puede concebir de otra
manera tanto él como su posición en el universo. Edgar Morin apresa en este
sentido “minúsculos humanos, ..minúscula película de vida..minúsculo planeta perdido
en un descomunal universo” y a partir de
esta lectura debiera surgir otra ética fraternal “seamos hermanos.. solidarios
.. en esta aventura desconocida”
2) La
complejidad en estas etapas (modernidad y postmodernidad), indica que es enorme
y que se debe abordar todos los componentes, no elementos aislados, sinó que
cada componente funcionaría de manera especial de acuerdo con su posición en el
sistema no de acuerdo a su ‘naturaleza’, llama a no desmotivarse ni paralizarse
por esta realidad sino que se debe tomar como una oportunidad.
3) Habla
de dos fuerzas aparentemente contradictorias; las centrípetas que fragmenta y
es pluralista (modernidad), y las centrífugas que promueve la aproximación de
los bloques de países y asociaciones globales. En definitiva para la pastoral
mantener la tensión entre estas, es decir permitir la pluralidad de las
expresiones de fe y también integrar estas mismas (sumar las partes)
manteniendo todo conectado.
4) La
perspectiva del tiempo nos obliga a diferenciar la sociedad en esta perspectiva
como lo realiza Margareth Mead que ve tres tipos de sociedad; post-figurativas
en que se determinan por su pasado, las configurativas que se acentúan más en
el presente y las pre-figurativas en que su punto de referencia está en el
futuro, que es lo que se presenta en América latina las personas eligen tipos
de iglesia que se identifiquen con su tipo de visión de las antes mencionadas.
5) La actuación de la iglesia en la pluralidad,
se debe definir el rol de la iglesia en el mundo fragmentado.
La
praxis; es determinante para la pastoral, el mundo mismo es producto de la
praxis humana, la pastoral no es una cuestión filosófica y es necesario incluir
en la teología otros elementos como son el cuerpo, los sueños, esperanzas,
mitos, símbolos del ser humano, la pluralidad de las personas, considerando que
aunque fragmentado no deja de ser Reino.
En
cuanto a los modelos, en la complejidad actual no es posible seguir modelos
rígidos y hay diferencia entre teoría y práctica en este sentido que debe ser
entendida, el modelo no es una foto de la realidad (realismo ingenuo), o como
indica el positivismo que el modelo resume los datos, o una ficción útil
(instrumentalismo), el autor defiende el realismo crítico, en donde los modelos
son intentos por representar el mundo y en este sentido se permite la
definición de criterios para el análisis, según Vitor Westhelle la reforma de
Lutero era “mirando al pueblo en la boca” para ayudarlo a expresar sus
aspiraciones, se debe buscar formas adecuadas para hoy.
Se
motiva a pastorear la esperanza, en que se necesita cuidar la esperanza para
que no se transforme en desespero según Paulo Freire. La esperanza es frágil, se la debe cuidar y
orientar, así como se debe buscar la esperanza perdida, entendiendo que vivimos
en el mismo mundo con las otras personas con búsquedas y contradicciones.
Se
apunta a un concepto práctico en este punto en donde se indica que nuestro
testimonio es lo que ha generado el Espíritu en nosotros, y no se orienta por
lo que “sabemos” sino por quien amamos y lo que esperamos.
Espero que este análisis de este tema sea de gran utilidad y enriquecimiento para vuestras vidas, tal como lo ha sido para la mía. Espero que Dios les Bendiga grandemente.
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